En la contabilidad tradicional, todo lo que importaba era la línea de cierre. Ese asiento de crédito y débito materializó todo lo necesario para orientar las inversiones y estructurar la estrategia de gestión de la empresa. Sin embargo, esto ya no es cierto.
Otras métricas son cada vez más relevantes para las inversiones financieras y para la gestión de empresas, ya que indican riesgos muy reales u oportunidades muy prometedoras. Las métricas que involucran temas ambientales son actualmente algunas de las más buscadas, ya que los impactos del cambio climático en el mundo y en nuestra forma de vida presentan desafíos urgentes para las empresas y los inversores que miran hacia el futuro.
Mucho se ha discutido sobre estas hipotéticas preocupaciones en un horizonte lejano. Sin embargo, una encuesta realizada por Carbon Disclosure Project (CDP) en 2020 identificó que las empresas proveedoras esperaban un aumento de costos por riesgos ambientales de US$1,26 billones en la cadena de suministro, lo que repercutiría en un adicional de al menos $120 mil millones en costos para los principales compradores. Por otro lado, a medida que la sociedad toma mayor conciencia, aumentan los riesgos reputacionales de las empresas que no reconocen la relevancia de los temas ambientales.
Simplemente no hay vuelta atrás. Los efectos financieros y comerciales del cambio climático son reales y presentan un desafío contemporáneo que la sociedad espera que empresas e inversionistas enfrenten de manera progresiva.
Además de los pronósticos un tanto siniestros, es necesario evaluar el impacto concreto del cambio climático en todas las áreas de actividad económica, para reconocer adecuadamente los riesgos y oportunidades que están surgiendo. Estas evaluaciones serán invaluables para encontrar un curso de acción que sea sostenible y rentable.
Pero de ¿qué forma toman estos riesgos y oportunidades relacionados con los problemas ambientales en el día a día de los negocios? El Task Force on Climate-related Financial Disclosures, un grupo de trabajo creado por el Consejo de Estabilidad Financiera, una organización internacional formada por representantes del G20 y otros países importantes en el panorama financiero mundial, ofrece una clasificación interesante:
Las fuentes de preocupación más apremiantes son, por supuesto, los riesgos que plantea el cambio climático. Estos se pueden dividir en riesgos de transición y riesgos físicos, que se explicarán individualmente a continuación:
No todos los análisis de mercado relacionados con temas ambientales tienen conclusiones negativas. Una serie de oportunidades invaluables surgirán de la carrera hacia una forma más ecológica de hacer negocios. Muchas de estas nuevas oportunidades implicarán el desarrollo de productos o servicios innovadores, con énfasis en el uso eficiente de los recursos, especialmente en el ahorro de energía.
También surgirán nuevas oportunidades de inversión, principalmente para la financiación de proyectos sostenibles. Solo en 2021 se captaron US$485 mil millones en inversiones específicas para soluciones sostenibles, los llamados bonos verdes, con un incremento del 98% en relación al monto movilizado el año anterior.
Un activo intangible que sin duda será tomado en cuenta por los inversores, es la resiliencia climática de la empresa, es decir, la capacidad de responder a los riesgos ambientales y reconocer todo el potencial de mercado de las soluciones ecológicas.
Los contratos son el principal medio por el cual una empresa opera en el mercado. Internamente, estos documentos están presentes desde la fundación, pasando por el crecimiento de la empresa, la contratación de personal e incluso el alquiler de la sede. Externamente, los contratos establecen las relaciones entre compradores y vendedores, orientando las expectativas de las partes en relación a los productos y servicios debidos.
Para asegurar que un contrato cumpla con todos los requisitos indicados por ambas partes, así como que sean cumplidos correctamente, muchas empresas adoptan iniciativas de gestión de contratos. La forma más eficiente de hacerlo, sin embargo, es considerando cada etapa del ciclo de vida de este documento, desde la Solicitud hasta la Ejecución, en lo que en inglés se denomina Contract Lifecycle Management, o simplemente CLM, y se puede traducir a Gestión del ciclo de vida del contrato.
Para componer la estrategia CLM, las empresas utilizan software especializado, como netLex, para estandarizar y automatizar el ciclo de vida de sus documentos.
Con el objetivo de desarrollar una mayor resiliencia climática, las empresas necesitarán todas las herramientas que puedan obtener, y un CLM es un valioso aporte. Una de las contribuciones más evidentes de la metodología y tecnologías asociadas a la sostenibilidad de las operaciones es la reducción del uso de papel. Como los contratos están completamente automatizados, se crean, negocian, firman y almacenan en soluciones en la nube, se ahorra una cantidad considerable de papel.
Esto significa que ya no es necesario imprimir varias versiones del documento para su corrección o firma. Esta reducción en el uso de papel ciertamente tiene un impacto, por ejemplo, en la huella de carbono de la empresa.
Sin embargo, los beneficios de una estrategia CLM para una empresa que busca ser más ecológica van mucho más allá de la simple reducción del uso de papel.
La misma empresa puede ocupar diferentes posiciones en distintas relaciones contractuales, siendo, por ejemplo, vendedora en una de ellas y compradora en otra. Comprar y vender son dos caras de la misma moneda y representan la mayor parte de la huella de carbono de las empresas.
Según una investigación realizada por CDP, las cadenas productivas pueden concentrar entre el 50 y el 70% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI) de las empresas. Solo observar los procedimientos más comunes involucrados en las operaciones upstream y downstream para comprender por qué: la extracción de materias primas, el uso de la tierra o el ganado, el procesamiento de insumos para el mercado, el empaque, el transporte y el almacenamiento para la venta al por menor, así como la disposición final de los materiales, son todos pasos, que generan considerables emisiones de GEI.
Así, todas las interacciones mediadas por contratos pueden convertirse en vehículos de la política ambiental de una empresa. Consideremos como una empresa puede volverse más sostenible utilizando un buen software CLM como netLex.
En la etapa de compra de insumos, incluso antes de firmar el contrato, es importante mapear los riesgos ambientales vinculados al producto o servicio solicitado. En el caso de los productos, por ejemplo, es fundamental asegurar que se considere todo su ciclo de vida, hasta su disposición final.
A la luz de lo identificado, todos los vendedores deben completar un formulario de prácticas de debida diligencia ambiental, de modo que la empresa compradora pueda establecer estas prácticas como criterio para analizar las propuestas y, en última instancia, armar una lista de posibles proveedores que solo incluya alternativas de proveedores sostenibles. Esta evaluación puede verse muy favorecida si se consideran las certificaciones ESG.
Vale la pena recordar: la resiliencia climática de una empresa es tan grande como la de sus proveedores.
La plataforma CLM puede garantizar que los formularios de due diligence ambiental se completen, analicen y almacenen correctamente de manera más eficiente. Con netLex, por ejemplo, es posible procesar propuestas a través de cuestionarios totalmente automatizados, que pueden requerir esta información ambiental. Este formulario puede variar en consideración al riesgo mapeado, y pasar por flujos de gestión específicos dependiendo de las respuestas que ofrezcan los vendedores. De manera ilustrativa, una inversión de alto riesgo podría requerir la aprobación de niveles más altos dentro de la empresa.
Ya sea que la empresa venda o compre, llegará el momento en que se debe redactar, negociar y finalmente aprobar un contrato. En este punto, es importante asegurarse de que todas las leyes, reglamentos y políticas de la empresa se incluyan correctamente en el documento final.
Sin embargo, si esta negociación se realiza por correo electrónico, con poco o ningún control de versiones, existe un riesgo considerable de que se dejen de lado cláusulas importantes. Como resultado, la empresa se vuelve más susceptible a riesgos legales, regulatorios y de litigios que, de materializarse, podrían tener un efecto devastador en la empresa en su conjunto.
Además, la resiliencia climática también requiere que la compañía tenga una visión panorámica de gestión de todos sus contratos, especialmente aquellos que involucran altos niveles de riesgo ambiental. La empresa debe conocer, por ejemplo, todos los casos de ascensión de riesgos ambientales y su impacto financiero estimado, a fin de evaluar la necesidad de preparar contramedidas destinadas a mitigar los posibles daños.
La preparación, negociación, aprobación y gestión de documentos son recursos incluidos en CLM que se pueden utilizar para celebrar contratos más ecológicos. En netLex es posible asegurarse de que todas las cláusulas relevantes estén incluidas en el documento final y mapear todos los contratos que implican altos niveles de riesgos ambientales de acuerdo con las políticas internas de la empresa y las responsabilidades externas.
La transición hacia una forma más ecológica de hacer negocios está marcada por la necesidad de rediseñar la cadena de suministro y los flujos de trabajo internos de la empresa. Algunos proveedores serán reemplazados, algunas demandas serán revisadas y nuevas inquietudes serán abordadas por diferentes áreas de la organización. En medio de todos estos cambios, uno podría preguntarse cómo saber si el resultado es realmente tan positivo como se prometió.
Para comprender y cuantificar los cambios promovidos, es fundamental contar con datos sustanciales sobre el conjunto de las operaciones de la empresa. En el ámbito contractual, el software CLM capaz de generar inteligencia puede proporcionar dicha información con dos finalidades:
Con netLex, es factible recopilar datos del contrato antes y después de la transición, para que sea posible tomar decisiones de gestión con mayores informaciones y mejorar los nuevos procedimientos. La información obtenida proporcionará una imagen clara de qué pasó y del camino a seguir, para volverse más eficiente. Además, también es posible generar informes, para que los inversores puedan evaluar los beneficios concretos de la transición.
Los inversores y la sociedad tienen expectativas claras en relación con las empresas, viéndolas como agentes centrales en la búsqueda de un futuro más sostenible. A medida que los riesgos ambientales se vuelven más reales, también lo hacen las oportunidades, y las empresas con la mayor resiliencia climática tendrán la oportunidad de prosperar como ninguna otra.
El camino a seguir no solo es verde, sino que también está pavimentado con datos. Los contratos, siendo el principal medio de actuación de una empresa en el mercado, se convierten en excelentes vehículos para las nuevas prácticas ambientales. Un buen software CLM, como netLex, es capaz de incluir medidas de diligencia debida, filtrar contratos de alto riesgo, administrar obligaciones hasta la disposición final del producto y mucho más, todo mientras genera inteligencia para informar decisiones y producir informes de gestión.
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